2019 Ene 06
Cómo caminar por un nuevo sentido
que no puede ser denominado
dirección, sendero ni ruta o vereda
pues nadie ha pasado antes por ahí.
En las veredas el pasto
se abre a los testarudos pasos
En los caminos el polvo
descubre las piedras para las pesuñas
En los senderos los árboles
cubren los transeúntes que respetan la vida
Tal vez partas hoy,
tal vez partas mañana.
No reprimas una sola emoción,
no escatimes en drama.
No dejes asunto sin resolver
cabo sin atar, foco fundido, puerta sin arreglo
no dejes palabra sin pronunciar.
Pues tenlo por seguro que no regresarás.
En las direcciones el fuego
consume los árboles
Tal vez partiste ayer
y por eso estás tan ausente.
Y tu sombra camina delante tuyo,
cayendo en todas las trampas del futuro
salvaguardando así tu presente
sin atorarse en el pasado.
El pasado.
Esa trampa de oso
que aprisiona a los cobardes
que no se atreven a sufrir
amputación de lo familiar
como el precio de aventura
e iluminación divina al natural
Los cobardes.
Cuentan sus extremidades
cual rata hambrienta,
contemplan en desconfianza
nuestras escamas
y nos llaman lagartos
a nosotros dragones.
En nuestras pisadas invasoras
dejamos la semilla que habra de migrar
Alguien más regresará
Si alguna vez viste una estrella estallar, sabes que no hay manera de describir con palabras tal experiencia, invade la mente a través de una visión sin descripción, pero puedes aventurarte a intentar y en ello surgirán mil creaciones; llenas de frustración, abundantes de gloria, carentes de un lugar sólido en el espacio, atravesando tu transitorio ser en la misma forma que lo hace una partícula sub-atómica atravesando el cosmos, en ocasiones sin efecto y otras veces . . . una avalancha fugaz .
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